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Radiografía del Vapeo en Colombia

Radiografía del Vapeo en Colombia

El vapeo es un fenomeno reciente en Colombia. Carlos Miguel López hace una descripción del mal llamado «cigarrillo electrónico» y hace un análisis de la situación legal de esta actividad en Colombia que busca ayudar a los fumadores a dejar del lado el tabaco por un acción muchísimo menos nociva como lo es el vapeo.

Por: Carlos Miguel López

El tabaquismo, un problema de salud pública que por décadas se ha venido combatiendo con campañas y tratamientos que, ciertamente, han logrado reducir el consumo de cigarrillo tradicional mediante sustitutos como chicles y parches que suplen la dosis de nicotina. Sin embargo, estos no tienen la acogida ni la efectividad presupuestada, pues la dependencia psicológica (el acto de llevar el cigarrillo a la boca y sentir el humo) no se sustituye con los artículos mencionados. Es entonces donde el cigarrillo electrónico (vapeadores o vaporizadores personales) se ha hecho con una gran porción del mercado emergente de los últimos diez años

El cigarrillo electrónico se compone, a grandes rasgos, de cuatro partes: Batería, tanque de almacenamiento, resistencia y líquido. La batería es una recargable, incluso desechable, de iones de litio la cual se encarga de suministrar la corriente a la resistencia, esta se calienta y gracias a un material absorbente (algodón o en casos específicos, cuerda de fibra de vidrio) que se encuentra impregnado del líquido, el cual, contiene la nicotina, lo vaporiza y así el vapor se convierte en el vehículo que la transporta al consumidor. Esto ocurre dentro del tanque de almacenamiento que puede variar ampliamente en su capacidad.

El vapeo (viene del inglés Vaping, Vapor) es el nombre correcto para el acto de usar el cigarrillo electrónico, pues este genera vapor en vez de humo debido a la ausencia de combustión. Siendo así, la industria valorada por más de mil millones de dólares y predilección de millones alrededor del mundo como alternativa al cigarrillo convencional, tiene puesto los ojos encima de entidades y gobiernos que, alarmados, buscan prohibirlo antes que regularlo. Recientemente la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), logró poner en vigor una restricción en la venta a menores de 18 años de estos dispositivos en Estados Unidos, mientras se logra clasificar debidamente a los cigarrillos electrónicos, sin embargo la FDA busca hacerlos regular sobre las normas existentes del tabaquismo. Por otra parte, en el Reino Unido el Royal College of Physicians recientemente publicó un artículo donde recomendaba a los fumadores que desean dejar el hábito usar el cigarrillo electrónico, ya que en sus estudios certificaban que el vapor es hasta un 95% menos dañino que el humo del cigarrillo regular. Es por esto que los médicos ingleses recomiendan a sus pacientes el uso de estos para, en mayor medida, evitar los componentes nocivos del humo por combustión. En Colombia el tema se avivó tras el proyecto de ley que está en curso, desde 2014, de ser aprobado para la regulación de estos dispositivos. Sin embargo, el tema sigue siendo materia de discusión debido a la falta de información por parte de expertos del área de la salud y de la opinión pública.

En cuanto a los dispositivos que se usan para vapear, se ha vivido una evolución tecnológica en cuanto a materiales, prestaciones y diseños. La primera generación de esta tecnología se vio fundada en dispositivos simples y con prestaciones que para hoy en día, son por poco obsoletas; consistía en la batería con una corriente predeterminada de muy baja capacidad que calienta una resistencia hecha en alambre de kantal (aleación de hierro, cromo y aluminio) gracias a su gran resistencia eléctrica y por soportar altísimas temperaturas sin sufrir cambios, hoy por hoy se sigue usando por su fiabilidad. El contenedor del líquido era presentado en cartuchos con escasa cabida de almacenamiento, entre 0.2ml y 1ml, de líquido, lo que era suficiente para un aproximado de 400 caladas y con un precio de $20000 pesos para cinco cartuchos, equivalente a algo así como tres o cuatro cajetillas del cigarrillo convencional.

La segunda generación, presentó un aumento considerable en capacidad de batería y almacenamiento de líquido, entre 1ml y 5ml. El sistema de alimentación de la resistencia mejoró notablemente proporcionando un drenaje más consistente y así evitando un problema que traían estos dispositivos, el dry hit o vaporizada en seco, el cual generaba un olor y sabor bastantes desagradables. Esta generación es la más común y que todavía se sigue usando dentro del nicho de los primeros fumadores que toman la decisión de cambiarse a vapear. Consta de dispositivos con forma de largos lapiceros, donde la batería recargable es el objeto de mayor tamaño y se conecta mediante una rosca al atomizador, el cual, cuando cumple su vida útil (de 2 a 3 semanas de uso) basta con reemplazar la pequeña resistencia con un valor de cinco mil pesos. El precio de un dispositivo de esta generación se encuentra entre los $60000 y los $140000, dónde cabe destacar que el único repuesto a cambiar es la resistencia.

La tercera generación da un paso largo en cuanto a duración de la batería (incluso dos o tres baterías simultaneas), capacidad de tanque de almacenamiento, diseño del dispositivo, materiales de las resistencias y sistemas de entrega de potencia. Ya para la presente generación la electrónica básica se hace presente en los dispositivos y las resistencias, pues ahora el vapeador está en la capacidad de construir sus propias resistencias manipulando los ohmios, dichas resistencias pueden construirse con alambres en kantal, acero inoxidable, NiCrom (aleación de níquel y cromo) y titanio donde las tres últimas ofrecen la particularidad de “control de temperatura” sobre lo cual se hablará más adelante. Debido a que ahora el vapeador puede construir sus propias resistencias, los dispositivos deben tener la capacidad de variar los vatios para poder entregar la potencia necesaria y calentar las resistencias. Todo esto evolucionó en pro de quienes buscan destacar el sabor del líquido usado o porque quieren hacer nubes gigantescas de vapor, es esto el otro gran propósito del vapeo, ofrecer sabores complejos y grandes cantidades de vapor que lleguen a parecer nubes.

Los materiales mencionados anteriormente, acero inoxidable, NiCrom y titanio ofrecen una nueva y hasta ahora la más novedosa tecnología, de controlar la temperatura a la cual se calienta la resistencia; esto es posible gracias a que estos materiales cambian sus valores de resistividad al calentarse y esto es leído por los chips dentro del dispositivo. El control de temperatura es un gran avance debido a que ofrece ventajas como evitar al máximo las vaporizadas en seco, quemar el material absorbente e incluso regular la temperatura a la cual será aspirado el vapor.

Por otro lado, las baterías usadas en estos dispositivos son especializadas para entregar una gran potencia sin sufrir cortos circuitos, recalentamiento o incluso que lleguen a explotar, estas tienen especificaciones técnicas y de prestaciones muy por encima a las pilas que se consiguen comercialmente, son baterías con capacidades por encima de los 2600mah, incluso llegan a superar en capacidad y poder a baterías de muchos celulares de alta gama; tienen medidas específicas y de allí deriva el estándar para su fabricación y venta: las más comunes, las 18650 deben su nombre a las dimensiones que estas tienen, 18mm de diámetro por 650mm de alto; se encuentran también para casos especiales las 18350 y las 26650, teniendo menos y mucha más capacidad respectivamente, frente a las más comunes.

Otro gran punto del vapeo son los líquidos utilizados para sustituir al tabaco, una de sus más grandes ventajas es la ausencia de químicos nocivos que si están presentes en el cigarrillo convencional: alquitrán, acetona, metanol, monóxido y dióxido de carbono, amoníaco, ácido acético, cianuros y muchos más no están presentes en el vapor que si transporta la nicotina. Los líquidos están fabricados, en general, con cuatro insumos: glicerina vegetal, propilenglicol, saborizantes para la industria alimentaria y la nicotina; los beneficios y bondades se tornan hacia la posibilidad de transportar la nicotina sin molestos olores, sin químicos potencialmente cancerígenos y a un bajo costo si se le compara con el precio y el rendimiento de una cajetilla de cigarrillos. Las concentraciones de nicotina más usadas en estos líquidos son 3mg, 6mg, 12mg y 24mg; su predilección depende de la cantidad de cigarrillos que se fumaban antes y lo ideal es ir bajando su concentración para así al final, combatir la adicción a la nicotina. Sumado a esto, los dos componentes principales que se usan como vehículos para el transporte de los sabores y la nicotina, son regularmente usados en la industria farmacéutica en medicamentos para el asma, incluso hay doctores que aseguran que el uso de estos dispositivos contribuye a un ejercicio físico para el diafragma ayudándolo a mejorar su fuerza y elasticidad. Como punto adicional, los líquidos pueden estar ausentes de nicotina y solamente tener el sabor y el aroma.

El pasado 14 de mayo, en Bogotá se realizó el primer encuentro de vapeo de la ciudad, con una asistencia de aproximadamente 130 personas donde buscaban compartir y socializar temas relacionados al mundo del vapeo. El evento fue organizado por dos grandes comunidades con presencia en redes sociales: UnionVape y El Cebú Vapeador, espacios donde se comparten historias, fotos, se hacen preguntas sobre el funcionamiento de los dispositivos y se piden consejos referentes al tema. Asovape, Asociación colombiana de Vapeadores, es una organización sin ánimo de lucro la cual se encarga de agrupar, informar y luchar por el derecho al vapeo a nivel nacional, su aporte para la reunión fue invaluable pues los organizadores llevaron a buen término y realización de este encuentro que premió al mejor líquido fabricado por los asistentes (conocido como alquimia), un concurso de cloud chasing el cual consiste en ser capaz de generar la nube de vapor más densa y extensa. Finalmente con un concurso de trucos culminó la tarde entre nubes y diálogos sobre el vapor.

En una breve charla con Francisco Javier Ordóñez Ospina, socio fundador, representante y encargado del manejo de las redes sociales de AsoVape, a trabajado de la mano con los asesores del senador Mauricio Lizcano para dar un correcto y justo desarrollo legislativo sobre el vapeo en Colombia.

¿Cómo va la legislación colombiana sobre el cigarrillo electrónico?

Es complejo, el asunto legal del vapeo en Colombia, el senador Lizcano ha hecho la propuesta del proyecto de ley que pretende regular el uso del cigarrillo electrónico, pero sinceramente parece un proyecto más enfocado en tratar de ganar puntos políticos que en una solución a la problemática de salud pública. Entonces, esto implica que tanto el senador, como sus asesores, no tengan la fundamentación científica que se debe tener para defender proyectos como este y se queden cortos al momento de argumentar frente a los medios, las instituciones de salud y sus colegas. También, desafortunadamente las instituciones públicas del país no se han dado a la tarea de hacer una investigación exhausta de los beneficios que trae el cigarrillo electrónico frente al tradicional, esto implica que en los debates que se generen, y por la falta de argumentos, la desinformación está presente lo que conlleva a no tener claridad a la hora de exponer una alternativa para reducir el tabaquismo. Cuando asistí al foro, Cigarrillos Electrónicos, ¿Una amenaza o una alternativa?, quedó en evidencia que las instituciones de salud no tienen conocimiento alguno de los más de 150 estudios que yo conozco, lo que llevó a una discusión cerrada y enfocada hacia el paralelismo legal con el cigarrillo convencional, cuando lo que se debe es separar desde un principio al cigarrillo normal de los dispositivos de vapeo, pues su mecanismo de funcionamiento son completamente distintos, exceptuando la nicotina que, finalmente, es el único elemento que tienen en común. Entonces, desde que no se tenga una claridad conceptual sobre lo que se está intentando legislar es supremamente complicado. Uno de los argumentos que sacaban a relucir las instituciones de salud, era el uso de los cigarrillos electrónicos van en contra de la ley que prohíbe el humo en espacios públicos, acusando que era humo y no vapor, cuando se conoce que el humo es producto de una combustión mientras que el vapor de los dispositivos, no lo es.

Es de vital importancia asociar el vapeo como una respuesta de salud pública frente al tabaquismo. Tenemos el ejemplo del Reino Unido, pero también tenemos la posición de la FDA en Estados Unidos ¿Cómo estos casos pueden influir en la legislación de la normativa nacional?

Lo que suceda en el exterior creo que es determinante para las decisiones que se tomen en el país. En el caso del Reino Unido, donde una de las instituciones más prestigiosas del área de la salud, demostró científicamente las ventajas y beneficios del vapeo llegando a una conclusión de que es 95% menos dañino que el cigarrillo tradicional. Son estos estudios los que marcan la pauta a la hora de dar argumentos de peso. Pero la posición de la FDA, una institución de mucho poder y peso en los Estados Unidos, quien se encarga de la regulación de los productos de consumo y es punto de referencia en el tema para otros países, ha llevado acabo estudios que han determinado un punto de quiebre para el cigarrillo electrónico; sin embargo, estos estudios y decisiones ya tomadas, que entran en vigor el próximo 9 de agosto, tienen una carga política por presión de las tabacaleras, incluso, se puede hacer evidente una carga nociva proveniente de la industria farmacéutica. Como se sabe, esta industria tiene un gran poder alrededor del mundo y, realmente, la producción de medicinas para tratar el tabaquismo representan un mercado importante, lo cual, con el vapeo la gente dejaría de hacer parte de las estadísticas en los problemas de salud por tabaco y por ende, perderían dinero a costa de esto. Por eso, en AsoVape estamos al tanto de lo que pueda suceder fuera de Colombia, por medio de las redes sociales hacemos conexiones con otras asociaciones de países como España, México, Argentina, Estados Unidos, precisamente para generar ese apoyo y que las repercusiones puedan generar un eco positivo, así podremos asesorar a los legisladores para que tomen una decisión acertada.

¿Existe en Colombia alguna entidad que se esté encargando de hacer estudios u homologando los existentes?

Pues hasta lo que tengo de información, no. El INVIMA ha emitido conceptos frente al producto, pero específicamente ninguna entidad ni universidad, han querido tomar las riendas de homologar o hacer estudios propios. Es un tema realmente nuevo en el país, que demanda mucho trabajo y recursos, tanto del sector privado como del público que se encuentren interesado en la temática del vapeo.

¿existe algún tipo de industria del vapeo en Colombia?

La industria del vapeo en Colombia está enfocada sobre todo en las tiendas, las cuales, en los últimos años han surgido gracias a que la demanda a aumentado, sumado a que la oferta global de dispositivos sigue en aumento y esto permite que le mercado se diversifique. En tanto a la producción, está más enfocado hacia la elaboración de líquidos pues ya varias tiendas han comenzado a crear sus marcas propias, porque realmente la elaboración de estos no se necesita de una maquinaria tan especializada como una que, en contraste, se necesite para fabricar un dispositivo electrónico. Veo el futuro de la industria nacional enfocada hacia la producción de líquidos, como lo mencioné, no necesita de una gran infraestructura y pues los que ya existen, son hecho artesanalmente; no conozco la primera marca nacional con un laboratorio de embazado industrial.

Es entonces el mundo del vapeo uno de los mercados más revolucionarios que ha dado el siglo XXI, muchos lo consideran como un estilo de vida sano y con inexistentes problemas de salud, otros y en este caso concuerda la mayoría de los vapeadores, es una alternativa que les ha salvado la vida, mejorando su salud de forma tan sustancial que llega a ser increíble. Este estilo de vida, le ha proporcionado una mejor calidad de vida a fumadores de toda la vida que decidieron dejar el humo y cambiarse al vapor, inmediatamente hecho el cambio sintieron mejorías en su respiración, estado de ánimo, gusto y olfato. Sumado a esto, la cultura del vapeo se ha llegado a comparar con la de la pipa; pues en su momento las pipas debían ser curadas y tratadas para ofrecer un gusto y un rendimiento óptimos, mientras que en el vapeo se buscan construir las resistencias, encontrar el equilibrio de los voltios y los vatios, el mejor algodón o material de absorción, todo para disfrutar del sabor de un excelente líquido; pero cabe resaltar que sin todos los efectos dañinos y nocivos que los productos de tabaco por combustión tienen.

Existe así mismo una gran incertidumbre y con esto la preocupación obvia por parte de las entidades de salud y los gobiernos en donde a hecho cabida el cigarrillo electrónico. En Colombia se adscribió la ley 1335 de 2009 la cual implementa los espacios libres de humo, prohibición de la publicidad, promoción y patrocinio de los productos del tabaco como también vela por la salud de los menores de edad y la de los no fumadores, así mismo como crear campañas de salud y educación contra el tabaquismo incluyendo a los fumadores para cesar su hábito. La gran preocupación del gobierno nacional se ve enfocada hacia el tratamiento de los dispositivos electrónicos en la población menor de edad, citando varios puntos, los cuales, son de gran preocupación debido a la facilidad en como se pueden hacer los jóvenes con estos aparatos, también por el atractivo que demanda la novedad del mercado y las aparentes “inocuidades” con las que se publicitan los cigarrillos electrónicos. No existen hasta la fecha estudios concluyentes sobre los efectos adversos que estos dispositivos y sus líquidos puedan tener sobre la salud, es por esto que la OMS (Organización Mundial de la Salud), la FDA y recientemente a nivel nacional la veeduría nacional: Control tabaco, el colectivo Aquí y Ahora, fundación Anáas, Educar Consumidores, La Liga Colombiana Contra el Cancer y la Red de Padres y Madres han puesto sus ojos sobre el tema haciendo un llamado al gobierno para la prohibición o regulación de los dispositivos de vapeo. Los puntos cruciales para su análisis están dentro del marco de protección al no consumidor, prevención de adicciones en los jóvenes, salvaguardar la normativa actual de las prohibiciones al tabaco, evitar la reincidencia del fumador y asesorarlo correctamente.

La preocupación del gobierno colombiano por el cigarrillo electrónico se enfoca en la posibilidad de que estos dispositivos por su atractivo diseño, la coyuntura internacional y la falta de normatividad en su importación, comercialización y uso enganche a los jóvenes a ser consumidores y consecuentemente los lleve a una adicción. La FDA en uno de sus comunicados ha hecho saber que este podría ser un punto inicial para la población joven de acceder al tabaquismo, pues es un producto que al contener nicotina puede conducir a la juventud por un camino que los lleve a encontrarse con productos del tabaco, alegan que por contener diferentes sabores también incitan a consumirlos. En adición, la evidencia es escasa frente al contenido de sustancias tóxicas que pudieran estar presentes en el vapor así como la cantidad de nicotina que es inhalada, pues no existen estándares en su fabricación que realmente regulen minuciosamente su producción. Los espacios libre de humo de tabaco, expuesto en la ley 1335 de 2009 se pueden ver amenazados con la utilización del cigarrillo electrónico, pues como se mencionó anteriormente existe una gran diferencia entre vapor y humo, por ende quedan estos dispositivos en un vacío legal al no tener una clasificación dentro de los productos de tabaco, aunque existen estudios sobre el vapor de segunda mano y el cual avisa sobre la inexistencia de sustancias perjudiciales para el vapeador de segunda mano, la incertidumbre continua allí al no tratarse de estudios suficientes según la FDA. La inexistente regulación en Colombia sobre la importación de estos dispositivos y productos asociados al cigarrillo electrónico, facilita su aparición en el mercado, así mismo, la venta y promoción se hacen con total libertad por la misma razón; sin embargo, la legislación que viene en curso desde 2009 ha logrado sancionar la venta a menores de edad y las tiendas, tanto físicas como virtuales, están en la obligación de exigir la mayoría de edad para vender sus productos. Dentro de la vigente legislación se imparte el adoptar programas educativos donde se expongan los peligros de la nicotina y los dispositivos que la administran, con el objetivo de alejar a las nuevas generaciones de la adicción.

La OMS a manifestado persistentemente que los cigarrillos electrónicos no constituyen una terapia real y efectiva para dejar el cigarrillo convencional, esto pues no existen los estudios ni las pruebas fehacientes de que la adicción a la nicotina se vea mermada; de hecho, citan que puede ser un camino que persista con dicha adicción al desaparecer del medio las cantidades de químicos tóxicos y cancerígenos ya sabidos en el proceso de combustión. El tabaquismo es un punto primordial en la agenda de salud pública colombiana, las normas vigentes han logrado abrirle un gran campo a la población no consumidora en pro de salvaguardar su salud, sin embargo no existen datos sobre la comunidad cesante del cigarrillo mientras se habla de que la población adosada al tabaquismo está conformada por los jóvenes adultos y la población adulta es una minoría. La organización recomienda a los entes estatales un minucioso seguimiento armados de programas de educación y especial atención frente a la publicidad, pues se denotan acciones en el mercadeo y la comercialización donde la información dada incita al consumo como una alternativa eficaz para cesar el consumo del cigarrillo convencional. Debido a la ausencia de resultados a largo plazo por la corta trayectoria del vapeo, los estudios no son concluyentes, esto tomando en cuenta todas las ramas, desde la influencia de la publicidad en los jóvenes y el mercado no consumidor hasta los efectos a largo plazo en el organismo.

Los modelos de normatividad, prohibición y regulación han sido propuestos por entidades como la FDA, organismo con absoluta credibilidad mundial, quienes en mayo de 2016 han logrado establecer una norma que entra en vigencia el 9 de agosto con cumplimiento en todo el territorio estadounidense. Esta norma es el primer paso de un camino que se hace cada vez más corto para la regulación y la prohibición de los dispositivos en el país norteamericano. Pretende dar el mismo tratamiento a los cigarrillos electrónicos que tienen ya legislados los productos del tabaco. Advertencias sanitarias, el uso de términos que desinformen (light, suave, bajo en), prohibición de venta a menor, entrega de información sobre el contenido de los líquidos, son algunos de los lineamientos a los cuales ya estaban sujetos los productos de tabaco y que ahora se ven competentes en el vapeo, sin embargo, los cigarrillos electrónicos se componen de otras partes que de ninguna forma tienen conexión directa con el tabaco: alambres de metal, algodón, baterías y tornillos, entrarían en la normativa por el simple hecho de pertenecer al grupo de cigarrillos electrónicos; esto ha despertado una oleada de inconformidad en la comunidad del vapeo estadounidense pues alegan que es ilógico y contraproducente someter al cigarrillo electrónico bajo la misma normatividad de los tabacos, pues aseguran que la única conexión, que ni siquiera es total, es la nicotina como agente libre. El otro gran punto que tiene a los productores de líquidos estadounidenses es la regulación de sus productos, pero para llevar esto acabo deben ser sometidos a un análisis de laboratorio en la FDA para determinar los componentes y dar el aval para la venta, sin embargo el costo de dichos análisis empieza en razón de los dos millones de dólares por producto e incluso, dependiendo el caso, puede llegar a costar más de veinte millones, sumas exageradas para la gran mayoría de las casas de líquidos.

Dos casos particulares se dieron en Europa donde la legislación y su regulación dieron una nueva clasificación al vapeo totalmente independiente del tabaco, España y el Reino Unido van a la cabeza de las regulaciones con normas más permisivas pero con restricciones contundentes y al ritmo de las sugerencias de la Organización Mundial de la Salud. Siendo el Reino Unido el primer y único país que soporta el cigarrillo electrónico como medio para cesar el tabaquismo, ha dispuesto de normas claras y asistencia médica para su utilización como terapia de cesación; logrado gracias a los estudios realizados en dicho país y que bajo un extricto control clínico y de producción, limita la cantidad de nicotina en los líquidos y asesora a sus pacientes en el correcto uso terapéutico buscando una reducción constante del contenido en miligramos de nicotina, para así finalmente llegar a cero. Las normas de regulación, publicidad y venta son muy estrictas para evitar que los dispositivos lleguen al mercado de los no consumidores y jóvenes. España por el contrario no avala su uso como terapia contra el tabaquismo, sin embargo a planteado normas referentes al uso y comercialización de este, la publicidad y venta están completamente prohibidas a través de internet, dejando así la única posibilidad de ventas en locales comerciales e incluso farmacias. El uso del cigarrillo electrónico en un principio quiso ser prohibido en interiores de bares y restaurantes, pero finalmente la restricción se hizo extensa solamente a colegios, edificios estatales, hospitales, parques infantiles y zonas de juego.

Otra gran preocupación es la posibilidad de intoxicación por nicotina, ya que la presencia de esta en los líquidos es más directa que con la picadura de tabaco presente en los cigarrillos, pues sus usuarios están en peligro de contacto cutáneo directo al rellenar sus dispositivos, como también a la hora de llevar el dispositivo la boca, pues existe el riesgo de ingesta accidental por filtraciones. Existen reportes toxicológicos por esta sustancia por ingesta accidental y con finalidad de suicidio. Las ingestas accidentales de líquidos con nicotina en los Estados unidos, tienen un registro de 1700 casos en los últimos tres años, un índice muy bajo frente a otros casos de toxicidad con elementos más comunes del hogar, donde la gran mayoría los afectados fueron niños menores de cinco años pero afortunadamente el grado de toxicidad resultó ser mínima. El caso de intoxicación por intento de suicidio fue llevado a cabo por una mujer que en dos oportunidades intentó ponerle fin a su vida, sin embargo, no sufrió mayores complicaciones pese a que en su segundo intento la ingesta fue en proporciones altísimas. Esta es la preocupación paralela que se presenta en el mundo del cigarrillo electrónico y se enfoca en la facilidad que puedan tener los infantes en acceder a los contenedores de los líquidos; el uso de tapas a prueba de niños es, en primera medida una de las regulaciones más incisivas para la contención del producto y , por supuesto, el almacenamiento adecuado para evitar que ellos no tengan acceso a los envases.

Los riesgos y las ventajas, las preocupaciones al igual que los estudios están conviviendo paralelamente en el transcurso de esta relativamente nueva industria que sigue evolucionando y revolucionando el mercado, poniendo en alerta no solo a su competencia directa, las tabacaleras, sino la inquietud de los entes mundiales que regulan y cuidan de la salud pública; con razón lo hacen pues la lucha contra el tabaquismo lleva un recorrido bastante largo y tientas exitoso, pero con la aparición del cigarrillo electrónico las alarmas se ven encendidas debido a la inexistente clasificación y por ende, correcta regulación. En principio, tras la auge del cigarrillo convencional y el incremento de su consumo, provocó la preocupación por la aparición de las enfermedades y problemas asociados al humo del tabaco llevando a las instituciones de salud a crear advertencias y regulaciones tal cual sucede hoy por hoy frente al cigarrillo electrónico. El tiempo y los estudios que, gracias a los avances tecnológicos facilitaran los resultados, serán los encargados de demostrar la realidad del comportamiento del vapeo en la salud. Las regulaciones en la venta y consumo de estos en Colombia son el paso más sensato para brindar una vía justa para los consumidores y una segura para los que no se ven interesados en el tema. Cuidar la salud pública y alejar a los jóvenes de la posibilidad de acceder a estos aparatos, deben ser los puntos principales en la agenda pública del país, pues se ha luchado en contra del tabaquismo por bastante tiempo para bajar la guardia frente a estos nuevos dispositivos, no obstante, no se deben cerrar las puertas totalmente al cigarrillo electrónico porque de la misma forma en que podrían ser dañinos existe la posibilidad de ser brindados como una alternativa menos nociva para los fumadores. Es un tema que seguirá en desarrollo y por lo pronto, las conclusiones se ven disipadas entre la gran incógnita de si el vapor debe ser tratado como al humo.

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