4,5 billones de colillas contaminan el mundo anualmente, y el vapeo ha ayudado a reducir esa carga. Sin embargo, aún queda camino por recorrer. ¿Cómo puede ser el vapeo más ecoamigable?
Pensar y actuar a favor de la naturaleza y los ecosistemas es un acto humano y responsable, como preocupamos por nuestra salud, ya que el planeta es nuestro sustento. Dejar el cigarrillo es una decisión que no solo repercute en la salud propia, sino en la interacción que tenemos con el ecosistema, debido a la cantidad de desperdicio que significan 20 colillas usadas.
Los vaporizadores y dispositivos calentadores de tabaco parecen ser mucho más ecoamigables. Sin embargo, las dinámicas cambian y no solo cuenta la forma de consumir nicotina, sino cómo disponemos de los envases, resistencias y demás “desechables”. Incluso, el tipo de dispositivo que usamos influye en la cantidad de residuos resultantes. Los siguientes seis consejos pueden hacer que vapear sea un acto más responsable con la naturaleza.
Usar dispositivos reutilizables
Como lo haces con la botella de agua, elegir un dispositivo recargable y rellenable no solo reduce el impacto ambiental, sino que puede significar un ahorro. Si bien los dispositivos “desechables” o de un solo uso son bastante prácticos, y ahora mucho más fáciles de encontrar, lo cual ha generado un crecimiento alarmante en su consumo, su composición general es algo que causa consternación.
Los “desechables” poseen una batería de ión de litio que no puede recargarse. Se venden bajo la premisa de ofrecer entre 150 y 1.200 caladas. Una vez cumplidas, el equipo entero queda inutilizable y es muy poco reciclable. El aumento en la demanda de baterías de litio genera una sobreexplotación minera de este recurso así y tiempos de manufactura excesivos. La polución que esto causa no es solo local o regional, sino que nos compete a todos en el mundo.
Finalmente, el proceso de reciclaje de estos dispositivos resulta bastante dispendioso, pues su contenido acarrea más de 5 procesos diferentes que van desde el reciclaje del metal hasta la recuperación del litio, lo que encarece las rutas de disposición de residuos. La mejor alternativa es optar por dispositivos de batería recargable, que tienen al menos 2 años de vida útil, suelen retener una carga mayor y son más fiables, además de reducir drásticamente los gastos.
Elegir tanques rellenables
Los tanques reconstruibles, generalmente hechos en metales y vidrio, son definitivamente la mejor opción en los dispositivos de vapeo, pues son resistentes, reusables y la calidad de sabor y vapor que proporcionan es insuperable, a pesar de que su configuración puede ser compleja. Los dispositivos con tanques plásticos recargables, diseñados para usar con sales de nicotina, han tomado mucha popularidad debido a su practicidad y tamaño reducido. El cambio de resistencia resulta muy sencillo y cargan su batería en muy pocos minutos. La resistencia es el único desechable de este sistema, aunque ocasionalmente es necesario cambiar el tanque porque, a pesar de ser en plástico muy resistente, la obsolescencia programada hace parte del negocio.
Sistemas como el de Juul o Vuse, que consisten en cartuchos cerrados y previamente llenados con líquido de diferentes grados de nicotina, son muy sencillos de usar. La compra de cartuchos suele ser sencilla y con mucha disponibilidad, pues pueden llegar a encontrar los recambios en tiendas de barrio. Sin embargo, los plásticos que se usan en este tipo de cartuchos no suelen ser reciclables ni aprovechables y tampoco son biodegradables, de modo que se convierten inmediatamente en un contaminante.
Pese a que se hacen esfuerzos para cerrar el ciclo, como crear campañas de recolección de partes usadas, la realidad es que no existe una cadena sólida que permita disponer adecuadamente de estos residuos.
Reciclar
Es importante reciclar si ya está usado y escoger opciones de contaminación reducida antes de comprar.
Una botella de líquido de 60 ml está fabricada con al menos 20 gr de PET (tereftalato de polietileno, muy reciclable) mientras que una de 120 ml contiene 37gr. Además, los fabricantes suelen dejar un menor precio por mililitro en sus presentaciones más grandes. El Reino Unido particularmente se rige bajo una ley que prohíbe la venta de líquidos con nicotina en presentaciones de más de 10 ml, incrementando la cantidad de plástico por mililitro almacenado: innecesario, ineficiente y contaminante.
Las baterías de ion y polímero de litio son reciclables. La gran mayoría de ciudades tiene centros de acopio para estos elementos, incluso en centros comerciales o en cadenas de comercio. También se pueden encontrar contenedores especiales para disponer de todo tipo de baterías. A lo anterior se añade que esta tecnología permite contar con mayor autonomía, potencia y fiabilidad.
Desconecta los cargadores, baja la potencia
Una vez finalizada la carga de las baterías lo mejor es desconectar el cargador del tomacorriente. Esto protege la vida útil del equipo y evita un gasto innecesario de energía. También es recomendable que las baterías se carguen en horas en las que se pueda estar pendiente del cargador para evitar que permanezca conectada más tiempo del necesario o, incluso, para poder atender un mal funcionamiento que pueda causar un incendio.
Usar el vaporizador con el ajuste correcto de voltaje garantiza una experiencia muy placentera y apropiada al vapear, así como una duración de batería más extensa, lo que se traduce en menos ciclos de carga para las baterías.
Compra local
Comprar local no solamente ayuda a sostener la economía del sector, sino que reduce la huella de carbono que el transporte deja por llevar el “vapemail”. A pesar de que los dispositivos hayan viajado por medio mundo para estar en nuestras manos, no es necesario continuar con esta cadena: apoyar a los productores locales siempre será la mejor forma de fortalecer la comunidad del vapeo y, de paso, reducir la huella de carbono.
HNB y heets
Los dispositivos calentadores de tabaco o HNB (Heat not Burn, por sus siglas en inglés) han tenido una gran acogida, incluso por algunos gobiernos y culturas como la de Japón, y son una opción para quien desee mantener el sabor del tabaco con una exposición al daño muchísimo menor. Sin embargo, estos dispositivos funcionan con unos pequeños cigarrillos de tabaco humectado con glicerina vegetal y un aproximado de 0,5 mg de nicotina: los heets. Su estructura consiste en un centro plástico de PLA (ácido poliláctico, un bioplástico biodegradable) y dos filtros en acetato de celulosa, que según Philip Morris International (PMI), son compostables y biodegradables. Son una excelente opción siempre y cuando se dispongan correctamente de las colillas en un cubo de basura. Además, el empaque de los heets es 100% reciclable.
El vapeo se está convirtiendo en una herramienta accesible y segura para el consumidor. La industria también hace esfuerzos para contrarrestar la polución generada por sus productos, para causar el menor impacto posible al medio ambiente. Sin embargo, como usuarios debemos tomar las decisiones correctas antes de consumir un producto de vapeo, siempre buscando seguridad, efectividad y que sea ecovapeable.
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